LA EFIGIE VERDADERA

La verdadera efigie
de mi persona
traspasa miradas curiosas,
es la salud en mi risa,
la macarena dicha
de mi vivir diario,
es un cuadro de gloria
cuando el desamparo
de un disgusto,
lo transformo en aprendizaje
y río, disfruto,
de la frustración y pillaje
de quien ha intentado
hacerme daño.
Sí, guarda mi efigie
un potencial malvado
en el que apoyo mi suerte
que no mis acciones,
aunque nunca descarto
actuar con descaro
en la sombra,
y, a escondidas,
abrir ventanas
a miradas curiosas
irradiando colores
con la luz de mis ojos,
tanta, como dos soles.

SALUD MACARENA GLORIA RÍO SOLES

África Sánchez López