Negaron los franceses
su propio asombro
ante la hazaña
de un humilde teniente,
lo hicieron en compañía
de un silencio culpable
teñido de sangre,
amparados, en un alba,
promesa de luz y esperanza.

Al mando de “ La Nueve”
la libertad cobró vida,
la soledad del olvido
no consiguió el exterminio
de la alegría recién nacida,
llegaba la paz a las entrañas
y ya no se teñían
de rojo calles ni pupilas
de tanta lágrima vertida.

Granell el teniente, su apellido,
Amado por nombre tenía,
la libertad su silencio
el silencio,
nuestro orgullo y regocijo.

ASOMBRO COMPAÑÍA SOLEDAD ALEGRÍA ROJO

África Sánchez López