EL DÍA DE SU MARCHA
No saben de mi muerte y me siguen hablando, agradezco su generosa perseverancia sin tratar por ello de acortar distancias. En este amanecer oscuro que atraviesa muros de disfrazada empatía, ha dejado la vida de enviarme guiños de luz. No saben de mi muerte y me siguen sonriendo, yo escondo el dolor donde el oxigeno me falta, aferrándome al sueño de una resurrección, en una casa que dejó de ser hogar, el día de su marcha.
ABRE LOS OJOS
Abre los ojos criatura que va despuntando el día, y en este nuevo amanecer te esperan dos mil sonrisas. Abre los ojos que llaman, a la puerta tus abuelos y como regalo te traen, su corazón y mil besos. Abre los ojos mi niña, esos ojos, tus luceros ¡¡ que una libélula baila mil danzas en el alfeizar, de la ventana del cielo. Abre los ojos. Alegría ¡¡ la que me das cuando llego, y el azul de tu mirada se torna aire y frescura, se vuelve paz y sosiego. Abre los ojos que vengo a traerte un mar de abrazos, a refrescarte la cara con agua de arroyo nuevo, por ser hoy, tu cumpleaños.