No es difícil pensar en sombras

cuando preñadas de efervescencia

con sentimiento de soledad impuesta,

cercamos las orillas del vértigo

con el miedo y la duda,

la incertidumbre y el verso

cabalgando dinteles

de endebles estructuras.

Pero con arte siempre,

con casas convertidas en poemas,

con dedos de fiesta

y miradas de pueblo

que hablan de vida, placer y siestas,

abrazos regalo…

el dolor ya no es tanto,

el verso es mas verso,

lo que dolía no duele,

y el sentirte más llena 

en un acto tan breve ( el abrazo)

te aleja de las sombras

y te hace más fuerte. 

                                                                                       África Sánchez