Si el breve curso de la vida

donde la tierra se remueve 

para abrazarnos,

(cuando la muerte pretende 

enterrar cuanto soñamos,)

nos regala apenas un segundo más,

sigamos

la corriente de los sueños,

que suba la marea en nuestras bocas

como se cubren de agua los manglares.

Ese brevedad en nuestra vida

es en sí misma un sueño,

un duelo,

un reto,

un viaje virtual

en el mundo del anhelo.

  África Sánchez