Ya no volverá la soledad
a engañarme,
ni el torrente de tristeza
conseguirá adardear
mi corazón,
porque, aunque
me llevará un tiempo
comprender la sinrazón
del cruel abismo
en el han querido sumergirme,
buscaré refugio en las estrellas
que aún me quedan,
arrancaré de mis entrañas
ese brillo
que solía embellecer mis ilusiones,
y se había ido de mí sin darme cuenta.
Ya no volverá la pleamar
a engañarme en el vaivén
de las mareas,
será cuestión de tiempo
y será largo,
pero consciente me preparo
para ser de mí misma
única compañía
y vivir con alegría
todas las primaveras.

                                         África Sánchez López