SIN TÍTULO
Me he quedado huérfana de sueños,
todo lo que esperaba ya no existe,
quizás nunca existió,
puede que solo haya sido
un vivir en el exilio de mi misma
y ahora,
de regreso a la piel que me cubre,
en el entramado de músculos
ya débiles
por tanta entrega,
la desidia ajena repleta de crepúsculos
consigue que yo,
solo quiera dormir.
Áfrca sánchez López
SIN TÍTULO
Ha concluido el deseo de naufragio
por mirar con valentía
dentro de mi propio océano,
quiero regresar a esa animal alegría
con la que querían enterrarme
desnuda de toda verdad,
vestida de burda mentira.
Empieza el baile de mis huesos
con el ritmo recobrado
y aparte de los consabidos descansos
seguiré de fiesta.
África Sánchez López
SIN TÍTULO
Llega la ruina a mi memoria
y la acepto de buen grado,
les regalo,
el trofeo deseado
pues no quiero ni tengo ganas
de perpetuar una lucha desleal.
Existen muchos virus con corona
pero nada tan contagioso
como el chantaje emocional
en un mundo ciego.
Hoy, negar lo evidente
es una huida cobarde en exceso.
La memoria arruinada, una suerte.
África Sánchez López
CUIDADO
Existen mentes desguazando barro
sobre arboledas felices,
entre el barro, escondidos en humedades,
llevan simiente que esparcen
virus traidores llegando a las raíces
y con una peligrosa, falsa dulzura,
instigando el azoro y la sorpresa,
van llenando sin mesura,
de adarces la vida entera
en océanos de dolor.
Y la dicha que fluía
va perdiendo su color,
los pétalos se marchitan,
se va muriendo la flor.
Existen mentes, que, al salir de su escondite,
van sembrando desazón
matando la primavera.
A.S.L.
ESTÁ PASANDO?
A veces el alba se me antoja pasado
en un presente donde pretenden
sumir en la penumbra la memoria,
borrando
con la ira del poder hoy en sus manos,
poemas que fueron herramientas,
de una libertad que palmo a palmo
cubrieron bocas
sedientas de derechos.
A veces se vuelven rígidos los huesos,
se aposenta en mi boca el silencio,
y lloro, a veces, porque siento
que amenazan con volver a este presente
cadenas que habíamos cortado,
páramos que habíamos sembrado,
con lluvia y sol
con dolor y llanto,
a veces, siento que vuelven
sombras de ordeno y mando
disfrazadas de voto
escondido en el silencio
de aquellos, que callan asustados.
Y lloro, salgo a la calle mirando, a veces
con mi memoria rebelde,
digna en mi soledad, gritando,
que nadie ha de borrar los versos
que a fuego llevo en mis labios.
Ni al nacido en Orihuela
han de volver a enterrarlo.
África Sánchez López
NO AMENACES
Sal de mí definitivamente,
inicia tu viaje a la cobardía,
deja tus amenazas en el aire
que volarán sin duda hacia lo invisible.
Empezarán entonces
a curarse mis heridas,
volviendo la humedad a mi piel,
y en los surcos
masacrados por tu indiferencia,
esos, en los que van desapareciendo
mis ruegos,
esos, en los que te había mendigado
sumida en sombras,
tu atención,
alguna caricia…
sonarán arias, sencillas romanzas,
bailarán libres las batutas,
regresarán del precipicio
serenidades extintas.
África Sánchez López
AHORA ME VEO
En un lecho donde quise que fermentaran
todas las impurezas,
aprendí a reírme de mis errores
enamorándome de lo obsceno,
la funda de la almohada
en complicidad con mi atrevimiento,
todo me lo ha perdonado,
Ya consigo verme
en los espejos.
África Sánchez López
QUE HACER?
Qué hacer con ese miedo que araña
tus entrañas?
Con ese dolor que quieres expulsar de ti,
arrancarlo de la profundidad de tu sentir,
regalarlo a la creatividad
por la extrema necesidad
de sobrevivir.
¿Qué hacer con ese miedo a respirar?
Esa falta de aire, esa vida apagada
doliendo en tus manos, acortando tus pasos,
sabiéndote loca en los pensamientos
de aquellos que amamos?
¿Qué hacer con lo oscuro cuando te arrebatan
la luz de tu mirada?
Cuando de locura hablan
quienes leen tus versos envueltos en almas
que acunan sus besos en huellas falsas.
¿Qué perdón haría falta
para sentir la caricia al abrir la ventana?
Qué palabras sin cárcel
Qué hematomas sin dolor en las
extremidades paralizadas, de miedo,
de traición…
¿Qué hacer con las entrañas y sus miedos
de locura diagnosticadas…?
¿Qué hacer?
Morir acaso…de locura…al alba.
SOBRAN LAS PALABRAS
Cuando el aliento de nuestras obscenidades
se vuelve ternura,
empiezan a nacer,
más allá de donde nuestras pieles se funden
los “ te quiero” más obvios,
habla el silencio de la carne,
dialogan los gemidos en su gozo
sobrando las palabras,
las luces y las sombras
de la entornada ventana
en la que se refleja tu espalda
me estremece, me baña
en estertor agradecido
y sobran las palabras.
De amor absorta
resucito en tu mirada.
DARSE LA VUELTA
En la mitad del camino
donde la siembra
empieza a transformarse,
al fin te atreves a mirar
entre la espesura,
justo en la mitad del camino
te das la vuelta,
se da la vuelta tu vida,
mides valiente y fuerte
la dimensión de la herida.
En la mitad del camino
donde arrojas la cordura
muy al fondo del abismo
te das la vuelta,
de los sonidos por fin
conoces la armonía
y habitas, ya libre
el cauce de la música.
Notas tu piel, antes confundida
soñando libertades,
horadando del poema
las más profundas orillas
y, te das la vuelta
firme, convencida,
casi insolente,
no para retroceder
sí para volver a ti,
pertenecerte.
TENGO MIEDO
Tengo miedo de que la ira
rompa las barreras de la prudencia,
que tanta insistencia
en mis muchos defectos,
manden al exilio mi paciencia,
miedo de que tanto cuidado
en no herirte,
tanto cuidado en la curación
de todas las heridas
con las que
tu desconfiada mente litiga,
se convierta en huida
y consabida oscuridad,
ciénaga donde por mucho que luches
se vaya hundiendo mi cuerpo
cavando su propia tumba,
en un improvisado cementerio
repleto de cobardía.
Tengo miedo de que la ira
no soporte la idea misma
de morir así estando viva
si por vida se entiende
comer o respirar
o seguir con la costumbre de callar,
tengo miedo de explotar
por dentro,
morir por dentro,
miedo de mi silencio
y de mi falta de luz.
Tengo miedo de las sombras.
Tengo miedo.
África Sánchez López
HUIR…nunca
A todo aquello de lo que huimos
le dotamos de ausencia,
cubrimos de vacío el presente inmediato
pero todo nos persigue
en las noches de silencio,
donde la huida misma nos retiene.
No podemos ser nosotros
en la raíz de un extraño,
ni regalarnos sueños
con el corazón en barbecho,
no podemos mirarnos
cuando está el rencor presente,
ni forzar la presencia
si no queremos mirarnos.
Es mejor dejar que se adhiera el dolor
a los cristales sucios
y limpiemos a conciencia las esquinas,
que no queden restos
de los rostros que dañamos
ni los nuestros,
heridos, ya sin vida…
No hay camino que nos lleve
a una salida cuando huimos,
nos libera aquello
que nos enfrenta y enfrentamos
con dolor y valentía.
El dolor lo mece el tiempo
y en ese vaivén se olvida,
se cura,
pero el ser valiente,
te engrandece, perdura.
África Sánchez López